Las apuestas para una nueva política de Estado sobre desarrollo curricular

Académicos de la Universidad de Chile tuvieron un rol relevante en la elaboración de las «Recomendaciones para una Política Nacional de Desarrollo Curricular» dadas a conocer por el Ministerio de Educación. Luis Osandón, del Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Facultad de Filosofía y Humanidades fue el coordinador de la Mesa de Trabajo convocada por el Mineduc y de la que emanó el informe. Beatrice Ávalos y Jacqueline Gysling, académicas del CIAE y DEP respectivamente, también integraron esta instancia.

Un inédito proceso en torno al currículum nacional se desarrolló durante un año para debatir y llegar a acuerdos de recomendaciones para una política de Estado en esta materia. Se trata de la Mesa de Trabajo de Desarrollo Curricular, que tuvo como misión central generar ideas para un tema tan sensible como es la política curricular de un país, y en ella participó un conjunto de personas representativas de la sociedad chilena, tanto del mundo académico como profesional y actores sociales relevantes.

La etapa final de este proceso fue la entrega por parte del académico Luis Osandón a la Ministra de Educación Adriana Delpiano del informe “Recomendaciones para una Política Nacional de Desarrollo Curricular”, elaborado por esta Mesa convocada por la Subsecretaría de Educación el 2015, con 33 propuestas, desafío que se inscribe en el marco de la Reforma Educacional.

El currículum es uno de los temas que no ha estado en el debate público en el actual contexto de la Reforma, sin embargo su discusión constituye una oportunidad para inyectar contenido pedagógico a las transformaciones en el campo de la educación. Por otra parte, las recomendaciones de la Mesa apuntan a generar una nueva política de Estado al respecto. En la Mesa se elaboraron cinco categorías como bases para el desarrollo de una política curricular: Orientaciones generales para el currículum nacional; Producción Curricular; Desarrollo e implementación curricular; Evaluación curricular e Institucionalidad. 

El trabajo de la Mesa fue valorado por la Ministra de Educación, quien espera “que en este clima de reforma a la educación, amplio y complejo, este proceso que apunta al corazón del quehacer educativo, en cualquiera sea el establecimiento que miremos, realmente dé los frutos necesarios al tema de la calidad de la educación. Todos los cambios pueden quedar vacíos si no van acompañados de cambios que son mucho más profundos, que tienen que ver no sólo con qué personas queremos formar o cuáles son los contenidos de ese currículum que vamos a formar, sino la gran tarea del cómo se trabaja y cómo se programa”.

El informe también fue destacado por la UNESCO. Su director regional, Jorge Sequeiro, aseguró que “va a ser de utilidad para muchos de los países de la región. (…) Es importante exportar este modelo de trabajo”. Para Sequeiro, la evaluación curricular debe trascender a los gobiernos. “Es una misión de Estado, una misión de futuro”.

Una de las principales propuestas de la Mesa es transitar a un currículum nacional más conciso, construido sobre “aprendizajes nucleares” que reflejen los logros fundamentales, para permitir a las escuelas mayor flexibilidad en el tratamiento de contenidos, los que podrían variar de una institución a otra o de una localidad a otra, sin renunciar a esos logros claves.

Las escuelas debieran dar vida a propuestas que enlacen un ideario pedagógico propio con expectativas curriculares nacionales. “De esta forma se podrían elaborar propuestas de aprendizajes y contenidos situados desde el territorio, la cultura o la economía donde se asienta un proyecto formativo”, explica Luis Osandón, académico del Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Facultad de Filosofía y Humanidades y coordinador de la Mesa de Trabajo.
Sin embargo, esta situación se da de manera escasa y la tendencia ha sido a expropiar esos espacios de flexibilización en favor de la oferta de orientaciones curriculares ministeriales, marcadas profundamente por la evaluación externa estandarizada y un acento un tanto distorsionado de “la materia que entra en la prueba”.

Avanzar hacia un currículum participativo

Para Osandón, “sin políticas concretas orientadas al desarrollo de condiciones y capacidades para que las escuelas o agrupaciones de ellas puedan efectivamente analizar y recrear el currículum de cara a las necesidades de las comunidades educativas, lo más probable es que quedemos en la misma situación actual”.

Sin duda, el proceso de diseño de una propuesta curricular nacional requerirá tiempos más extensos y procesos más complejos.

“El currículum nacional no se puede construir sólo mirando los criterios de fiabilidad académica y técnica. Sugerimos que este instrumento fundamental de cualquier política educacional debe reconocer e integrar el horizonte de expectativas de la ciudadanía respecto de lo que ella cree que las nuevas generaciones deberían recoger como experiencias, saberes y herramientas fundamentales para desenvolverse proactivamente en la sociedad. Es decir, que se requiere de procesos de selección cultural más democráticos y participativos, a la vez que preservando calidad y sustantividad de lo que se podría aprender en la escuela”, señala Osandón.

Para Osandón es clave “que la ciudadanía y las comunidades educativas tengan un rol relevante en el proceso de definición de un currículum nacional, nutriéndonos con mayor fuerza de los sentimientos y experiencias de los actores en un Chile diverso”.

La Mesa también discutió sobre el carácter y rol de un currículum nacional. “Proponemos la idea de pluriculturalidaden un intento que quizás merezca análisis más detenidos, de hacer más explícito el desafío integrador a la vez que no hegemónico culturalmente, de un currículum común para una sociedad plural”, explicó Osandón.

Rodrigo Márquez, coordinador de Informe de Desarrollo Humano del PNUD, considera que el currículum tiene que tener legitimidad para que su sustentabilidad en el tiempo. “Leyendo el informe veo que hay muchos informes para la innovación y una gran oportunidad en la descentralización que se propone”. Y es que la Mesa remarcó la necesidad de recuperar el sentido descentralizador que tiene el currículum escolar chileno desde los años noventa hasta la fecha.

La Mesa propuso que recuperar el sentido de descentralización y flexibilidad curricular como aspecto esencial de una forma de entender la mejora escolar.

Por otra parte, los expertos señalaron que se requieren estrategias de largo plazo en al menos dos planos: “la formación inicial y continua del profesorado, donde el tema de las competencias para el desarrollo del currículum se torna en la prioridad uno; y, al mismo tiempo, revisar y reelaborar lo que sea necesario para que la gestión escolar cuente con orientaciones y condiciones para reflexionar, deliberar y complejizar la relación entre Currículum Nacional, logros de los estudiantes y contextos de aprendizaje y formación”.

Dada la complejidad de los desafíos, la Mesa también analizó la institucionalidad de lo curricular en el país. Actualmente la Unidad de Currículum y Evaluación tiene bases jurídicas débiles y depende de una glosa presupuestaria. “La transformación de la institucionalidad es clave y me atrevería a decir pivotal para permitir la concreción de la mayoría de las recomendaciones que aquí proponemos”, señaló Osandón.

La Mesa de Desarrollo Curricular estuvo integrada por Beatrice Ávalos, Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2013; María José Castro, representante de la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP); Marcial Colín, representante mapuche ante el Consejo Nacional de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi); Cristián Cox, ex coordinador nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación (1997-2006); Donatila Ferrada, experta en currículum y Ana María Figueroa, representante de los decanos de facultades de Educación de universidades chilenas pertenecientes al Consejo de Rectores (CRUCh); Raúl Figueroa, representante de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC); Jacqueline Gysling, académica del Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) y ex coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación (2009-2010); Loreto Jara, representante de Educación 2020; Abraham Magendzo, experto en currículum; Roberto Morales, representante de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT); Luis Osandón, experto en currículum y académico del Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Universidad de Chile; Guillermo Scherping, representante del Colegio de Profesores de Chile; Selma Simonstein, experta en educación parvularia y presidenta de la Organización Mundial para la Educación Parvularia (OMEP Chile); Carlos Veas, representante de la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE) y Alejandra Villarzú, experta en Educación Técnico-Profesional.

 

Comunicaciones del Programa Transversal de Educación – Universidad de Chile