Columna de Opinión El aporte del INDH a la reflexión sobre la formación ciudadana
En pocos días más la imagen de niños y niñas caracterizados de carabineros, desfilando por nuestras escuelas y cantando el tradicional “orden y patria” se tomará un nuevo 27 de abril en la mayor parte de nuestras escuelas. Una imagen que, aunque no tan nítida hoy en el Gran Santiago, si sigue siendo una tradición ya instalada en el resto de Chile.
Lo planteo porque creo que es claro que Carabineros de Chile es hoy una institución muy valorada por nuestra sociedad gracias a su cercanía con la comunidad, como también somos los profesores, bomberos y otras instituciones que están día y noche al servicio de ella. Son instituciones que, como ciudadanos, deberíamos proteger. De ahí la pertinencia de las recomendaciones que hace el INDH sobre las prácticas de una institución que, siendo del Estado, debe obediencia a nuestra ciudadanía.
En ese sentido, es extraño el revuelo y el malestar que ha causado en ciertos sectores de nuestra sociedad su actual conducción. Lo que ha hecho el INDH es una recomendación, atingente a nuestros tiempos, tanto por el contenido como por el medio en que lo hace (textos escolares). Textos, que siendo herramientas para el desarrollo del currículum nacional, exploran también la formación ciudadana (un eje curricular) del cual todos debemos hacernos cargo y no relegar o esconder sus temáticas sólo porque las pruebas estandarizadas no la hacen relevante para el debate de nuestros estudiantes (ver http://www.media.mineduc.cl).
Es preocupante que un sector de la sociedad no pueda entender que las instituciones son para todos los chilenos y que estas mismas recomendaciones son necesarias e imperativas, ya que tienen que ver con la forma en que se desempeñan carabineros en instancias en que la ciudadanía se manifiesta, libre y legítimamente. Quizás, bajo la óptica de estos sectores, no se entiende que si un individuo dispara contra un carabinero, es un hecho lamentable, un delito que debe ser sancionado, pero si el acto es al revés y se hace en función del llamado “orden público”, además de ser un delito este acto pasa por encima de los derechos humanos.
Citando el mismo documento del INDH “el Estado debe preguntar y debatir sobre el concepto de orden público, escuchando a distintos actores de la sociedad civil y buscando formas de resguardar y respetar derechos como el de manifestación y libre expresión”. El orden no puede y no debe estar por sobre la libertad de manifestarse y, quizás, sea necesario que el Estado deba promover la revisión, como continúa el texto, de “leyes que en Chile regulan el derecho a reunión y manifestación, y hacer cambios de acuerdo a lo establecido en los tratados internacionales de derechos humanos”.
Este es un asunto de la ciudadanía, la misma que debe discutirse en los colegios de nuestro largo y angosto país, porque cuando maltratan a carabineros nos duele y lo lamentamos como sociedad, pero cuando nuestras instituciones se maltratan, nos duele aún más.
No queda más que solidarizar con el INDH, que como una institución estatal no sólo valoramos por su defensa irrestricta de los DDHH, por su colaboración con la búsqueda de justicia y reparación o por su autonomía ante otros poderes a los que está llamada a fiscalizar, sino, también, porque de tarde en tarde, nos hace mirarnos con una nueva luz a nosotros mismos y a nuestra sociedad.
José Miguel Olave
Profesor
Coordinador Área de Estudios, Programa de Educación Continua para el Magisterio, PEC
Universidad de Chile