Negociación de los profesores: Encrucijada y oportunidad
Artículo de dirigenta nacional del Colegio de Profesores
En la siguiente comuna, la profesora de Historia y Geografía Ligua Gallegos reflexiona sobre el conflicto en curso entre el Ministerio de Educación y el gremio docente.
Por Ligia Gallegos
El Colegio de Profesores planteó al Ministerio de Educación una agenda corta cuyo objetivo era destrabar problemáticas urgentes del profesorado, nudos críticos que necesariamente deben resolverse para así poder transitar de mejor forma hacia la nueva institucionalidad en educación, cuando se produzca la desmunicipalización.
Estos temas recibieron por primera vez una respuesta de las autoridades en un protocolo que fue rechazado en la Consulta Nacional de los docentes, en la que pudieron participar todos los docentes, indistintamente si eran asociados o no a la orden gremial.
Posterior a eso, el gremio estableció una contrapropuesta para reponer la negociación, cuestión que no fue fácil, en un ambiente que se iba enrareciendo a medida que iba creciendo el malestar del profesorado que durante muchos años ha sido postergado, defraudado y engañado en las diversas negociaciones que se han tenido en los últimos veinte años.
En ellas, los resultados siempre fueron mínimos y el castigo máximo, léase entre algunos, Bono SAE, Evaluación Docente y Deuda Histórica, esta última de larga data y que ha generado una gran desazón a los docentes afectados, especialmente cuando deben jubilar y se encuentran que sus pensiones están al límite de la pobreza. Este historial de negociaciones mezquinas y engañosas ha dejado instalada la falta de credibilidad de autoridades y dirigentes, amén de un clima de extrema desconfianza.
Esta agenda corta y la problemática que se ha creado en torno a ella, tiene diversas aristas que complican aún más el panorama:
1.- La creciente frustración de los profesores y profesoras, que fueron duramente castigados durante la dictadura y luego del retorno a la democracia, se debe a que hemos sido víctimas de una legislación generalmente punitiva, que implica mayor recarga de trabajo en condiciones que no son las óptimas. El nuestro es un gremio golpeado por los bajos sueldos, el mínimo reconocimiento social y la no concreción de las promesas de los mandatarios, ni de esas frases lindas de saludo para el día del profesor, en donde somos catalogados como los formadores de personas, creadores de sociedad, y la docencia la profesión más importante porque guía y prepara a las futuras generaciones.
2.- El gobierno ha iniciado una Reforma Educacional que implica el cambio de paradigma del sistema educativo, la que comenzó por regular la educación particular subvencionada y que ha tocado muchos intereses, pues desde que se abrió la educación al mercado, durante la dictadura, éste ha sido un floreciente negocio para algunos, por lo tanto han salido a defender con todo sus prerrogativas en este negocio que resultó ser muy lucrativo, implementando una campaña llena de falacias.
3.- Los alcaldes durante años se han quejado de que están desfinanciados por asumir la administración de la educación luego de que los establecimientos fueran traspasados del Ministerio de Educación a su tutela. No obstante aquello, cuando se les alimenta con recursos frescos algunos olvidan que esta tarea la han considerado un “cacho” por mucho tiempo y se entusiasman nuevamente porque a través de los Departamentos de Educación pueden pagar favores políticos. Además tienen campaña electoral asegurada, ya que cada evento en un establecimiento educacional es una buena vitrina para mostrarse y tener contacto con los votantes actuales y los que lo serán a corto o mediano plazo. En este punto cabe destacar que hoy genera más que alguna duda esta solidaridad de algunos alcaldes para con los docentes que están paralizados y ofreciéndoles no descontar los días de paro. No se puede dejar de pensar que más de algún interés oculto y nada solidario hay detrás de esto.
4.- La especial y tradicional forma de negociar que tienen en el Ministerio de Educación, que dilata todo, que no clarifica y siempre deja algo enredoso, con segundas intenciones, que exaspera y que ha llegado a darle la peculiaridad de ser un ministerio derriba gobiernos, que vive lo suyo con sus luchas internas, pues allí coexisten los que quieren cambios y aquellos que se acomodaron al sistema y han profitado de él durante muchos años.
5.- Las expectativas que se hizo el gremio docente ante las promesas y propuestas de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, especialmente porque su proyecto estrella es la Reforma Educacional. La Presidenta se refirió a la valoración de los docentes incluso en su discurso del 21 de mayo de este año, y que se trabajaría en conjunto con el gremio la carrera docente. El profesorado al ver que entre el discurso de la Presidenta y el accionar de quienes llevan a cabo sus políticas de gobierno hay una buena distancia, no puede dejar de reaccionar ante la posibilidad cierta de un nuevo portazo.
6.- En lo interno, el año 2013 el Colegio de Profesores realizó una reforma estatutaria impulsada por la actual conducción. En ella se disminuyó los integrantes del Directorio Nacional de 15 a 11 dirigentes, y se limitó a dos los períodos que cada representante puede permanecer en el mismo nivel de la institución. Actualmente cursa el primer período con reforma y por tanto sólo quedaría uno más a los actuales Directores, situación que ha provocado desesperación en algunos dirigentes que llevan muchos años en el Directorio Nacional y que hasta el momento no han podido lograr la ansiada conducción del gremio más numeroso e importante del país.
7.- Los errores que cometemos los dirigentes en nuestra ansiedad por responder a las expectativas de nuestros representados, con nuestras propias luchas internas, en un ambiente poco propicio entre la presión de la negociación, la descalificación y desprestigio que ya se ha hecho parte de lo habitual y que lógicamente es muy conveniente a algunos sectores que preferirían tener al profesorado y a la clase trabajadora en general sin organización, o diseminados en pequeñas facciones que no tengan la fuerza para contener la arremetida del sistema.
Estas, entre otras causas, han motivado un estallido en el profesorado que se ha iniciado en diferentes regiones y que ha sido terreno propicio para quienes desde distintos frentes andan buscando lograr sus objetivos personalistas en lo político, económico y gremial.
Si bien es cierto hay un sector de los indignados que pueden haber sido conducidos a la situación actual, no podemos desconocer que la mayoría ha reaccionado en contra de las constantes injusticias y postergaciones y que representan movimientos absolutamente legítimos a los que debemos atender e impedir que se les quiera dar otras connotaciones.
Consciente de todas las aristas que rodean el conflicto, comprendiendo y solidarizando con mis colegas, confío que prime la sabiduría por sobre el desacierto, la esperanza por sobre la angustia, el futuro por sobre el tenue presente, para que se muestre en su real dimensión el valor e importancia del profesorado, aquel que durante mucho tiempo ha enarbolado como bandera de lucha la “recuperación de la Educación Pública y la Carrera Profesional Docente”
Hoy, es la oportunidad para centrar la discusión en favor de los propios docentes. Es el momento de golpear la mesa y nada nos puede distraer de la fundamental tarea de concordar la carrera docente que regirá el ejercicio de nuestra profesión durante varias décadas, y la participación en la construcción de la nueva educación pública que comprometió la presidenta Michelle Bachelet.
En esta gran tarea no debemos permitir que elementos internos o externos nos lleven a la autodestrucción. No debemos permitir que intereses mezquinos nos aparten de nuestra gran misión. Debemos tapar con cera nuestros oídos para no escuchar los cantos de sirena tal como ordenó Ulises a sus remeros, porque es el momento de torcerle la mano al destino en pos del futuro de la educación y de nuestra profesión.
Fuente: Colegio de Profesores